MACRI Y LA NECESIDAD DE CONSTRUIR UN CONSENSO SOCIAL


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En general los primeros cien días de gobierno son los que signan la trayectoria que llevara cabo un gobernante durante su período. También estos cien días suelen ser una etapa en la cual se “perdona” todo al gobierno recién asumido para permitirle acomodarse y acomodar lo que le dejaron. Pero también esta etapa, y las primeras medidas que se toman establecen dimensiones consensuales con los grupos económicos y con los sectores de la sociedad que reciben los beneficios de las primeras medidas. Estos beneficiados actuaran a modo de trincheras en la defensa del nuevo gobierno y al mismo tiempo dotaran de fortaleza social y/o económica a la gestión. Algunos gobiernos que llegan al poder político con escasa legitimidad popular se apropian de y motorizan viejos reclamos de grupos sociales. La muestra mas cercana de esto ha sido el kirchnerismo, por ejemplo con la ley de matrimonio igualitario y la ley de medios. Además otras medidas también fueron tendientes a modelar esta dimensión  consensual como por ejemplo la Asignación Universal por Hijo, las pensiones para madres de 7 hijos, la defensa de los Derechos Humanos o los cambios en el Sistema Jubilatorio. Este consenso social permitió que algunas medidas antipopulares e incluso actividades nocivas para la salud como los agronegocios, la megamineria y las actividades extractivas de hidrocarburos quedaran solapadas por el fervor social que provocaban las políticas sociales del Kirchnerismo. De esta manera a la par de conseguir consenso se lograba un equilibrio entre capital y trabajo, no en términos de ganancia sino de expectativas, por el lado de los trabajadores y de rentabilidad por el lado de las empresas. Sin embargo un coctel poderosísimo, que sería material de análisis para otros escritos, fracturó ese consenso y el bloque histórico de poder que durante 12 años gobernó el país perdió las elecciones y dio paso a un nuevo grupo en el poder político.

El nuevo gobierno encabezado por el electo presidente Mauricio Macri esta transitando ese periodo de 100 días. Tampoco llego con un gran respaldo popular si tomamos en cuenta que sus votos verdaderamente propios fueron aquel 24% que obtuvo en las primarias de agosto, donde la Agrupación Cambiemos, a la que pertenece el ahora presidente, obtuvo nada mas que un 30%. De allí salto a un 34% en la Primera vuelta, para terminar obteniendo la Primera Magistratura de la Nación con un 51, 4%. Hay que valorar que hace 24% inicial se sumaron las adhesiones de los que fueron quedando atrás en las PASO, los que votaron al “menos malo”, los que tenían la expectativa de un cambio y su candidato inicial no reunía los votos necesarios y los que votaron para que no siga el Kirchnerismo. Por lo tanto mantener ese 27% agregado debería ser el primer objetivo del macrismo y tratar de conquistar el mayor porcentaje posible dentro del 49% restante.

Sin embargo las primeras medidas adoptadas por el nuevo gobierno benefician solo a pequeños grupos económicos como sucedió por ejemplo con la baja y eliminación, según los casos, de retenciones a la exportación de productos agrarios e industriales. Además de esto, la llamada unificación del típico de cambio, significó una devaluación del peso respecto del dólar en términos del 40%. Podemos agregar el levantamiento del cepo al dólar, la re apertura de las negociaciones con los fondos buitres, la “revisión” de los contratos de trabajadores estatales, mas los despidos a partir de esto, la represión sufrida por trabajadores , el intento de creación de un protocolo para evitar las protestas sociales y el rechazo de la opinión pública ante la conformación del gabinete nacional y el nombramiento en comisión de jueces para la Corte Suprema pasando por encima del Congreso, todo o en menos de diez días. Como si fuera poco no se hizo muchos favores al tomar muchas de estas medidas mediante Decretos de Necesidad y Urgencia y el nuevo año trajo como corolario los desaciertos en la persecución de tres prófugos, vinculados al Triple Crimen con actos torpes y anuncios a las apuradas para contener la presión social.

Lejos quedaron ya las promesas de Pobreza Cero (no se ha tomado ninguna medida al respecto) la baja de los índices de inflación (la inflación creció casi un 10 % desde su asunción) y la búsqueda de diálogo y consenso, mas el respeto a la pluralidad de voces (represión, decretos, fin de la ley de medios)

Así las cosas, muchos de quienes votaron la coalición comienzan a mostrar su descontento, el mismo Jorge Fontevecchia le dedicó un artículo muy ilustrativo titulado Envidia a Macri e incluso algunos de los socios políticos realizan criticas, ya no tan veladas, a muchas de las medidas. Será tarea de Macri y su circulo cercano diseñar políticas y acuerdos para obtener el consenso necesario que sustente su gobernabilidad. Por ahora solamente aquellos que han quedado resentidos, de alguna manera, con el kirchnerismo o los pocos beneficiados con las primeras medidas apoyan a pie firme los primeros pasos dados por la gestión. Marzo será en este sentido un mes clave para las definiciones a futuro del gobierno. Si se produce el esperado, y potente, aumento de tarifas, si la inflación no se detiene, si se mantienen los indicadores de pobreza y desocupación es probable que el inicial fervor popular que siguió a las elecciones de noviembre vaya trastocándose en malestar. Muchas personas aún mantienen la esperanza de cambios positivos, de mejoras en la calidad de vida, de medidas que impacten favorablemente pero como en toda sociedad capitalista los humores sociales dependen pura y exclusivamente del bolsillo por lo que si estos se encuentran cada vez más escuálidos el descontento social será  irán socavando las bases de la gobernabilidad macrista.

Marcelo Guerrero Roman

Colaboró con este artículo Georgina Gallotti Talavera

 

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